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Estilo DF Edith González

por: Hayde Martínez

Celebra la vida.

“Yo no quiero hablar de cáncer, quiero hablar de vida”, dice Edith González, quien luego de haber padecido esa enfermedad en el ovario se encuentra en etapa de remisión. Con gran actitud y fortaleza, la actriz regresó a los escenarios con la obra Un día particular, donde da vida a Antonieta y actúa junto a Luis Felipe Tovar. En entrevista para EstiloDF, la actriz nos comparte cómo ha sido la identificación con su personaje. Con mirada honesta, reconoce haber enfrentado la enfermedad como si se tratara de una adversidad más en su vida, sin caer en la autocompasión y recibiendo las muestras de cariño como un renacer, que ahora la llevarán a escribir su experiencia en un libro y a crear una fundación de la cual aún planea sorpresas. Sus personajes favoritos, su fortaleza ante el cáncer, sus pasiones en la vida, los nuevos formatos televisivos, así como la chispa que la hizo iniciar una nueva etapa son algunos de los temas que conversamos con ella.

 

¿Cómo te sentó el regreso al escenario y el personaje de Antonieta?

Cada día la amo más. Es un personaje entrañable y dulce, es una mujer casi analfabeta, como es el pueblo; sufre y vive estoicamente, muy como es el pueblo mexicano, donde ves gente que necesita tantas cosas, y ella es eso. Es una mujer que si se entera que hay una tragedia, ora por los otros, es totalmente desprendida de sí.

 

Un día particular se basa en una película de 1977 (Una Giornata Particolare), ¿tuviste oportunidad de verla? ¿Cómo fue la construcción de tu personaje?

No, porque empecé a verla y lo que hace Sophia Loren es totalmente opuesto a lo que yo hago. Yo presento a una mujer cansada de la cotidianidad y de ser madre de seis hijos. Quise mostrar a una mujer que a pesar de todas las adversidades, mantiene el espíritu alto, pues aun cuando tiene mucha familia, vive sola. Trabajar con Luis Felipe Tovar es maravilloso, es un gran compañero y ser humano. Estar con alguien que toca las sutilezas que no hemos tocado a lo largo de una obra tan corta, con dos personajes llenos de complejidad, no es fácil.

 

¿Hay algún punto de identificación con Antonieta?

Me identifico mucho con ella porque a veces soy “mete patas” y digo cosas sin pensar. Básicamente, el momento más alto de la obra es cuando el personaje dice: ‘A una ignorante le puedes hacer lo que sea’, y esa frase para mí es contundente. Ahí es donde se me cierra la garganta porque vivimos en una sociedad donde no tuviste la oportunidad y si no estuviste con la gente apropiada desde la escuela, es muy difícil que asciendas, y eso me rompe el corazón. Viviste un año difícil al luchar contra el cáncer, ¿qué aprendizaje te dejó? No en el sentido que tú lo pones porque, la verdad, nunca la he pasado mal. Ha sido una época preciosa. Cómo valorar y devolver tanto cariño; era llegar al Salón Los Ángeles y ver banda de la colonia Guerrero con los que hice Aventurera y oír a “Salchichita” decirme: “Güerita, güerita, yo te estaba buscando, donde quiera que fuera, te quería ir a ver”; ¿cómo devuelves eso? No me la pasé mal, la pasé, en lo que cabe —porque tampoco soy masoquista y nadie quiere tener cáncer— me la pasé bonito. Desde un principio decidí que me la iba a pasar bien y así fue.

 

El cáncer no es cualquier enfermedad, ¿hubo un momento crítico en el proceso?

No, no. Es bien frío, pero yo lo tomé así, dije: “va, con todo”.

 

¿Qué se necesita para salir adelante?

Autocompasión no. Más bien, una palabra muy de moda: actitud. Ya está la enfermedad, entonces hay que abrazarla, hacerla tuya y darle la vuelta.

 

¿Qué les dirías a las mujeres que tienen cáncer, funciona tener una actitud positiva?

No quiero hablar de cáncer, quiero hablar de vida, de qué tanto repercuten o no las cosas que son difíciles en la vida, porque no tiene que ver con una enfermedad sino con lo que te toca, y qué haces con eso, sea un cáncer o una crisis económica, esa es la importancia. Tomar un referente, como una enfermedad que suena a condena de muerte, es reducirlo a un solo hecho.

 

¿Qué le diría yo a una mujer ante una situación adversa?

Que la abrace y vea dónde estuvo la falla; obviamente, en una enfermedad no se puede determinar de dónde viene la falla, pero vamos, qué puedes hacer para remediarlo. Lamentarte no sirve de nada. No te debes culpar, pero por supuesto hay que desahogarse, las mujeres somos así. Entonces, es pensar qué haces con una situación adversa: darle la vuelta, reír y desahogarte con las personas correctas porque hacerlo con los hijos no está chido.

 

¿Esa adversidad ha servido para darle una chispa a tu vida, emprender un nuevo inicio?

Sí, tal vez. Es la primera vez que me ven como soy porque no me puedo inventar a partir de una situación, si yo no tenía esto dentro de mí, no hubiera salido de una adversidad. En las adversidades es cuando sale lo que realmente eres, y ésta es la primera vez que tengo la oportunidad de que la gente me vea tal como soy, y por supuesto, lo que eres se potencia.

 

Fuiste parte de la campaña Ice Bucket Challenge que combate a la rosácea, una enfermedad degenerativa, ¿harías una iniciativa similar para apoyar a las mujeres con cáncer?

Esa fue una campaña y ya terminó, por ahora no lo creo. Pero sí puedo tomar de esa iniciativa un punto y es que si sientes un dolor raro, no te tomes un medicamento, ve con el médico y si él no te entiende ve con otro; suena fácil decirlo porque hay gente que no tiene los recursos económicos, pero por favor en la medida de lo posible, hazlo. La mejor inversión es en la salud y si tenemos que hacer cola cinco meses en el Seguro Social, ni modo, y no nos mediquemos. Ese punto aplica siempre. Los mexicanos somos mucho de automedicarnos.

 

Si tuvieras que voltear a ver los personajes que has realizado, ¿cuál ha sido el que más te ha hecho crecer actoralmente?

Varios. Uno es Aventurera porque todo lo que vivimos se puede escribir en un libro, desde llegar a una plaza y que no estuviera el vestuario, y así teníamos la obligación de presentarnos. A esa obra le debo mucho de lo que vi y aprendí. Corazón salvaje fue un gran crecimiento, no sólo para quienes hicimos la telenovela, fue un parteaguas para la televisión mexicana. Quizá muchos no quisieron ver todo lo que significó el proyecto, pero el maquillaje, los vestuarios, las actuaciones, todo era muy medido y sutil, y será que por eso dio un giro, aunque lamentablemente no lo entendieron e hicieron las actuaciones más rimbombantes y el camino era eso, más natural. Justo el fin de semana vi Corazón salvaje y me invadió un baño de nostalgia, recordé las bonitas actuaciones. Hoy le tienen mucho miedo a las escenas largas que porque los millennials, pero cuando las cosas son buenas, la gente se engancha; que hay muchos cortos ahora, pues sí, pero yo lo veo en mi hija, cuando hay realmente algo bueno, se “clava”.

 

¿Te gustaría participar en alguno de los nuevos formatos televisivos?

Las temáticas, sobre todo la cuestión del narco, se han sobreusado, pero claro que me gustaría y más si es un personaje bien construido que exponga las situaciones, quizás no crudamente pero con veracidad. La gente de hoy quiere escuchar la neta.

 

¿A quién admiras en el mundo de la actuación?

Hay que hablar de los que son tus contemporáneos y son tu competencia. Me gusta mucho Lisa Owen, Luis Felipe Tovar, Polet Hernández, Marcela Guirado, son chavas que traen todo; también me gusta mucho Minnie West.

 

Además del ballet y la actuación, ¿qué otras pasiones tienes?

En cuestión de ejercicio sólo son clases de ballet, y a veces, porque la actuación no me lo permite. Me gusta ir mucho al cine, pero no he asistido desde hace un año y he estado descubriendo nuevos directores gracias a Polet, una de mis niñas que amo, adoro y apapacho. Ahora soy amiga de una banda nueva de chavos y nos invitamos a salir y está cool, hay que estar vigente. Es lindo. Me gusta escuchar qué están haciendo los chavos, qué piensan porque traen un mundo en su cabeza.

 

¿Qué hay de tus gustos musicales?

Ahí sí soy muy de mi hermano, me gustan mucho Mercedes Sosa y The Beatles. Al hablar de la música de ahorita, estoy totalmente de acuerdo con Aleks Syntek: la oferta musical es pobre. Leí una entrevista por ahí donde despedazaba la música de hoy. Los mensajes y lo que dicen son sexuales, pero los chavos traen mucho más en el fondo que sólo sexualidad. También creo que traen ganas de cosas más profundas, pero no se les está sabiendo alimentar eso. Me gusta mucho la música afroantillana, soy una negra metida en el cuerpo de una blanca, me encanta la percusión.

 

¿Qué proyectos vienen para ti?

Vamos a abrir una fundación dándole un giro, queremos futurear. Creo que México merece un proyecto de aquí a 20 años y captar esta generación de niños, hacer algo con eso. No es respecto a educación, ni nada, ya lo verán. Le estamos dando vueltas porque pienso que merecemos un gran proyecto. Ya vendrán la televisión y el cine. La vida me puso en una situación y tú eliges: te castigas o te premias con lo que te pasa, yo me premié y me divierto; parte de esto es regresar lo que he sentido por toda la gente que me dice cosas bonitas. Hay un libro que se está escribiendo.

 

¿Cómo cierras el año?

Trabajando y espero que para entonces la fundación ya ande, y todo lo que tengo en la cabeza lo pueda aterrizar. A veces ‘bajar’ las cosas sencillas es más difícil. Por fin ya estoy metiéndole al libro y pronto voy a arrancar con conferencias. También traigo en la cabeza una película de ciencia ficción.

 

CUESTIÓN DE ESTILO

Su lugar para estar… “Me gusta mi casa y mi coche, ja, ja, ja, en éste siempre traigo mi oficina, cama y todo.

Y el lugar donde me conecto conmigo es en una clase de ballet”.

Sus frases favoritas…“De noche lloras por el sol, las lágrimas no te dejarán ver las estrellas”, y aplica para todas las situaciones, y la otra es “siempre gástate la mitad de lo que ganas”.

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