× NOTICIAS DESTACADAS MODA BELLEZA ESTILO DE VIDA RECOMENDACIONES EDICIÓN DIGITAL MOTOR

Estilo DF Ariadne Díaz

por: Hayde Martínez

EN TOTAL PLENITUD.

 

En breve se casará con Marcus Ornelas, goza la maternidad y en su trabajo se siente valorada.

La verde mirada de Ariadne Díaz posee un efecto cautivador. Un parpadeo de sus ojos color esmeralda parece suficiente para cumplir cualquiera de sus deseos. Sin embargo, en este momento de su vida, la actriz considera no necesitar nada más, pues disfrutar a su pareja y ver crecer a su pequeño Diego es todo lo que pide. Enfocarse en su familia y su persona la llevaron a optar por hacer una pausa en su carrera. Pero cuando es cuestionada sobre si se trata de un retiro indefinido, una sonrisa se dibuja en su rostro y aclara que su idea es volver próximamente. Sobre todo ahora que ha tenido tiempo para reflexionar sobre su futuro y replantearse nuevos desafíos para encaminar su carrera hacia nuevas direcciones. Mientras se toma con calma la llegada de un proyecto que cumpla con sus expectativas, la bella de Puerto Vallarta se muestra agradecida por el estreno de Te juro que yo no fui, cinta que marca su debut en el cine y reafirma su deseo por seguir explorando nuevos horizontes. En entrevista con EstiloDF, Ariadne habla de sus planes profesionales, pero también ahonda sobre la experiencia transformadora que supuso convertirse en madre y todas las razones que confabulan a su favor para gozar de un momento de plenitud.

 

Hace unos meses declaraste que ibas a darte un descanso de tus compromisos laborales, ¿sigues en lo dicho?

Acabé la última novela y de verdad sentí que necesitaba darme un break, sobre todo para atender muchas cosas en mi vida que, si bien son sencillas, las mamás pueden entender perfectamente como algo complejo, como que mi hijo deje el pañal. Pero también para tener la libertad de poderme tirar un rato en el sillón para leer, ver una serie o simplemente decir “sí” cuando me invitan a algún lado. De repente como actriz estás tan ocupada y tienes tan comprometido tu tiempo que ni siquiera tienes ese tipo de libertades. Necesitaba un tiempo para mi vida, pero eso no quiere decir que vaya a dejar de trabajar. De hecho, jamás lo he dejado de hacer. La última novela que hice fue hace cuatro meses y desde entonces he estado de arriba para abajo en eventos, en las fotos y demás. He trabajo tanto los años pasados como para que, aunque yo quiera, me detenga, ya es una inercia.

 

«Me gusta sentirme orgullosa de mi trabajo, y si no es así, prefiero no hacerlo”

 

¿Cómo se siente el tomarse una pausa después de tantos años sin parar?

Es un poco engañoso porque pareciera que tengo todo el tiempo del mundo, y luego te das cuenta que no es cierto. Pero está bien porque los días que me ha tocado estar en casa son increíbles, aunque siempre se extraña trabajar. Así como pienso que en la vida en pareja es necesario que cada quien tenga su tiempo y espacio para luego extrañarse y tener de qué hablar y qué compartir, con el trabajo sucede lo mismo. Haber tenido esta especie de alejamiento del trabajo hace que hoy disfrute más esta sesión de fotos y la promoción de la película de la que formé parte.

 

Háblanos de Te juro que yo no fui, el proyecto cinematográfico que marca tu debut en el cine…

Se trata de la nueva película de Joaquín Bissner, una comedia de enredos muy linda y que no pretende otra cosa más que la gente se la pase bien. La cinta es protagonizada por Mauricio Ochmann y Marta Hazas. A mí me toca interpretar a Mónica, la esposa del personaje de Mauricio, una mujer muy divertida y diferente a mí, pues también es celosa, stalker y persigue a su pareja por cielo, mar y tierra, pues siempre siente que le están poniendo el cuerno, algo que tampoco es un total disparate.

 

«Me agrada compartir mi experiencia porque es común que la gente me diga: ‘Qué padre tu vida perfecta’, y no, para nada es perfecta, pero es maravilloso que sea así porque me da la oportunidad de aprender y dar lo mejor de mí cada día”

 

Se trata de un acercamiento a la comedia, ¿cómo se sintió cambiar de género luego de varios proyectos en fila en los que el drama era el común denominador?

Aunque la última novela que hice (Tenías que ser tú) tenía un tono muy alto de comedia en general, al ser la protagonista tuve la encomienda de mantener un matiz más serio. Entonces aquí, al ser la antagonista, hubo más chance de no ser tan buena persona y mantenerme en un tono más cómico todo el tiempo, así que fue muy divertido. La filmamos hace tres años en Cancún en un momento muy lindo de mi vida porque estaba haciendo teatro los fines de semana (La Dalia Negra), y justo ahí fue cuando me enteré que estaba embarazada. Es muy significativo para mí que la película se estrene con mi hijo ya conmigo.

 

¿Qué te dejó la experiencia de haber cambiado de formato?

Me gusta mucho el ritmo vertiginoso de la televisión, hacer una cosa tras otra, y el cine posee unos tiempos totalmente distintos que requieren más paciencia y mayor precisión. En televisión grabas 40 escenas al día, y en cine tal vez tres por tantas veces que se tiene que repetir. Para mí fue como llegar con todo la actitud al set de “vamos a trabajar” y de repente darme cuenta de que las cosas son mucho más tranquilas. Al principio fue raro y le decía a Joaquín que me corrigiera de todo, pues tenía muchos años haciendo televisión y esto es totalmente nuevo para mí. Poco a poco fui agarrando la onda y tomándole cariño a esta sensibilidad tan distinta para hacer cine. Me gustó mucho, pero creo que para poder hablar completamente de mi experiencia me hace falta verme en la pantalla, algo que estoy segura debe ser impresionante y maravilloso después de sólo haberme visto en la televisión. Tengo muchas expectativas de ese momento y sin duda se trata de una experiencia que deseo repetir.

 

Las posibilidades de trabajo siempre han sido muy diversas para los actores, ¿tienes en mente alguna faceta nueva que quisieras explorar a tu regreso?

El otro día fui a ver a mi amiga Chantal Andere en El beso de la mujer araña y me encantó verla ahí. Aunque nunca lo había pensado como una opción, me di cuenta que estaría dispuesta a hacer musicales, creo que como actriz debe ser sumamente retador, pero divertido al mismo tiempo. Eso me falta por hacer, no sé si sea algo que pase pronto. Respeto profundamente a la gente que actúa, canta y baila en vivo, y por eso me gustaría prepararme para estar lista cuando eso suceda.

 

¿Qué motiva esa búsqueda de nuevos desafíos?

La gran virtud de las carreras que tienen que ver con la parte artística es que jamás te aburres. Por eso lo único que nos debe preocupar es no estancarnos, porque entonces pareciera que tu trabajo termina por convertirse en algo monótono; a eso sí le huyo y me da un pavor espantoso porque imagínate tener la suerte de dedicarte a esto y aburrida; sí me parecería un boicot muy grande a mí misma. Cantar y bailar requiere muchas tablas. Yo terminé la carrera de ballet a los 18 años, pues empecé a bailar desde muy chica. Además, en La doble vida de Estela Carrillo tuve la oportunidad de estar día y noche con clases de canto. Cantar es algo que no me resultaría tan ajeno. Sin embargo, no quiero decir con esto que si ya canté en un estudio, en vivo lo voy a hacer igual. Obviamente me tomaría el tiempo para prepararme muy bien porque además de tenerle un respeto muy grande al público, también me lo tengo a mí. Me gusta sentirme orgullosa de mi trabajo, y si no es así, prefiero no hacerlo.

 

¿Recuerdas qué te motivó a elegir la actuación como tu profesión?

Fue una situación muy extraña en mi caso, jajaja. Cuando me fui a Guadalajara a los 18 años a estudiar Medicina, mi único acercamiento con este mundo fue haber aparecido como extra en el video de unos chavos que tenían una banda, por petición de un amigo. Ya ahí me encontré de nuevo con esa persona y me preguntó que si no quería entrar a la televisión. Mi respuesta fue que no. Soy tímida y en aquel momento lo era aún más. Él también me contó acerca de un casting en el Centro de Educación Artística de Televisa. Decliné la oferta. Sin embargo, al salir de Televisa, una persona me preguntó que si quería hacer un casting, pues debido a una confusión con las fechas de promoción la prueba tendría lugar en ese mismo instante. Aunque ahora ya sé decir que “no”, afortunadamente en ese momento todavía no lo había aprendido, jajaja. Hice el casting a pesar de siempre ser muy honesta sobre mis razones de cómo llegué ahí, pero cuando me preguntaron si me gustaría intentarlo, inmediatamente vinieron a mi cabeza todos esos años de bailar, escribir y no saber sentir cómo canalizar todas esas inquietudes, así que respondí que “sí”. Después de años de preparación debuté en mi primera obra de teatro, ahí me enamoré de la actuación y supe que no había más que hacer.

 

¿Ahora te ves haciendo otra cosa?

Sin duda, sí; sin embargo, tendría que ser algo por la misma línea. Es decir, me encanta escribir, así que ¿hacer algo en ese rubro?, por supuesto. Además me encantaría estudiar dirección, pues me parece que tiene que ver mucho con lo que hago a pesar de ser desde otro ángulo. Lo que no me veo haciendo es un trabajo de oficina, algo distinto a esto.

 

«Estoy muy contenta. Creo que el compromiso lo adquirimos desde el momento en que decidimos estar juntos y buscar un bebé; me parece que no hay nada más grande en la vida que un hijo, pues te vincula para toda la vida con esa persona”

 

¿Te tomas tu tiempo para elegir el proyecto que marcará tu regreso?

En realidad no tengo nada planeado. Creo que soy muy afortunada porque acabando mi última novela ya me estaban invitando a otros proyectos. Gracias a Dios, trabajo nunca me ha faltado desde que empecé hace ya varios años, pero sí quiero que mi próximo proyecto sea algo que me haga sentir diferente. Además, a partir de que soy mamá entendí que seguir en la actuación implicaría un sacrificio enorme, no sólo conmigo, sino con mi hijo. El siguiente proyecto que escoja tendrá que ser lo suficientemente poderoso y capaz de tenerme contenta, enamorada y, sobre todo, convencida de que valdrá la pena ver menos a mi hijo o estar cumpliendo con ambas facetas a pesar del cansancio.

 

Ahora que hablas de la maternidad, ¿cómo te va en esta faceta?

Es curioso porque se me acerca mucha gente y me dice: “Ay, qué padre, eres tan buena mamá”, y yo me pregunto: “¿Cómo saben?”, jajaja. En redes sociales apenas enseño un ratito de mi día y mi experiencia como mamá, pero no se crean todo lo que ven. Las redes pueden llegar a ser muy aspiracionales. Todo el tiempo voy a terapia, algo que recomiendo ampliamente, pues se ha convertido en un ejercicio que me ha ayudado en muchas áreas de mi vida, sobre todo ahora en la maternidad. Y es que estoy convencida de que por más cliché que se escuche, esta frase de “nadie nace sabiendo cómo ser padre”, es verdad, además no necesariamente la forma en que te educaron es la que deseas para tus hijos. Finalmente creo que no hay una manera correcta de educarlos, son la vida y sus circunstancias las que te van indicando por dónde ir. Sí hay muchos días en los que de verdad no sé cómo hacerle, en los que no sé si regañarlo por tal situación sea correcto. Por ejemplo, un día mi hijo no quería comer y me volteaba el plato de sopa, entonces le dije: “Vas a comer esto y no me importa, nos vamos a quedar toda la tarde hasta que te lo acabes”. Después me puse a pensar si de verdad estaba haciendo lo correcto y si era tan importante que hiciera eso. Inmediatamente después otra parte de mí me dijo que sí era lo correcto establecer límites y no dejar que un bebé de dos años se saliera con la suya, aunque bueno, la mayoría de veces sí lo hace, jajaja. Se trata de un tema muy complejo. Me agrada compartir mi experiencia porque es común que la gente me diga: “Qué padre tu vida perfecta”, y no, para nada es perfecta, pero es maravilloso que sea así porque me da la oportunidad de aprender y dar lo mejor de mí cada día.

 

«Gracias a Dios, trabajo nunca me ha faltado desde que empecé hace ya varios años, pero sí quiero que mi próximo proyecto sea algo que me haga sentir diferente”

 

¿A qué atribuyes esta plenitud, únicamente a la maternidad?

Es el resultado de un trabajo personal que he venido llevando a cabo desde hace unos años. Mi vida no es perfecta, pero es muy buena, y el hecho de poder tener algo así no tiene que ver con la suerte ni con otra cosa, sino con Dios, mi psicóloga y el estar trabajando en terapia las cosas que no me funcionan e identificar lo que estoy dispuesta a sacrificar con tal de lograr mis metas. Si hice una pausa fue por querer tener una linda relación, por tener un hijo bien educado.

 

Si a eso le sumas tener un trabajo en el que me siento valorada y respetada, ¿qué más puedo pedir?

Toda esa plenitud me ha costado muchos años de trabajo interno.

 

Hace poco Marcus y tú hicieron público el anuncio de su boda para el siguiente año, ¿qué sensación te produce su compromiso?

Estoy muy contenta. Creo que el compromiso lo adquirimos desde el momento en que decidimos estar juntos y buscar un bebé; me parece que no hay nada más grande en la vida que un hijo, pues te vincula para toda la vida con esa persona. Sin embargo, en el caso de Marcus y mío siempre hablamos del tema de la boda como algo que sí queríamos que pasara en algún momento. No sabíamos cuándo, pues no era importante que fuera al principio o en determinado momento, pero sí hacerlo como símbolo de lo que ya tenemos, de la alegría que sentimos de estar juntos y de que nuestras familias, amigos y gente querida estén con nosotros ese día.

 

CUESTIÓN DE ESTILO

Tu estilo: “Urbano”

Tus básicos: “Los jeans”

Tu lugar favorito para vacacionar: “Ahora, México: Los Cabos, Cancún, Puerto Vallarta y Oaxaca”

Tu platillo preferido: “La pancita”

Tu mayor tesoro: “Mi hijo”

Deja un comentario

Podría interesarte

Leer más de