La actriz Angelique Boyer fue el centro de críticas en redes sociales tras participar en una dinámica de Univision, “Trivias RBD”, en la que recordó su papel de Vico en la telenovela Rebelde.

Aunque la actividad era un viaje nostálgico para los fans de la serie, los comentarios en redes sociales tomaron otro rumbo, en lugar de centrarse en su talento o carisma, muchos usuarios se enfocaron en su apariencia física.

Frases como “ya se le nota la edad”, “se ve más joven Maribel Guardia” o “¿qué le pasó?” inundaron los comentarios y dejaron en evidencia una problemática recurrente en la industria del entretenimiento, como la presión sobre las mujeres para mantener una apariencia eternamente juvenil.

No es la primera vez que una actriz es blanco de críticas por los cambios naturales en su rostro. A diferencia de los hombres, a quienes con los años se les atribuye madurez y elegancia, las mujeres son señaladas si muestran signos de envejecimiento.

La conversación en torno a la apariencia de Boyer expone un doble estándar que persiste en la sociedad, se espera que las mujeres desafíen el paso del tiempo, ya sea con maquillaje, procedimientos estéticos o filtros, mientras que cualquier señal de envejecimiento se convierte en motivo de ataques.

El respaldo de sus fans
A pesar de los comentarios negativos, la actriz recibió un fuerte respaldo por parte de sus seguidores, quienes destacaron su naturalidad y trayectoria artística. “Es una actriz increíble, eso es lo que importa”, “Todos envejecemos, es parte de la vida” y “Sigue siendo hermosa, sin importar la edad” fueron algunas de las respuestas que contrarrestaron las críticas.

Este apoyo refleja un cambio de mentalidad necesario en la sociedad: el reconocimiento de que la edad no debería definir el valor ni la belleza de una mujer. Angelique Boyer, con una carrera consolidada y un talento indiscutible, es mucho más que los comentarios superficiales en redes.

La conversación que se generó alrededor de Boyer es una oportunidad para reflexionar sobre la manera en que la sociedad percibe el envejecimiento femenino. Es momento de dejar de medir a las mujeres con una vara injusta y celebrar su talento, experiencia y autenticidad.
