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EstiloDF Fernando del Solar

por: Soraya Villanueva

Pasión por la vida.

 

ES UN HOMBRE RENOVADO QUE DISFRUTA CADA INSTANTE DE SU EXISTENCIA

“Me empieza a dar dolor de estómago si veo un cuadro chueco, no es que esté loco, o quizás un poco, pero tengo mis cosas”, menciona y suelta una carcajada el hombre de mirada alegre que hace unos años creyó estar a punto de morir. Con amabilidad y una gran sonrisa, el conductor Fernando del Solar llegó a contagiarnos de su pasión por la vida, dejándonos ver cómo manejar en carretera lo lleva a un estado de relajación y conexión con él mismo. A bordo del nuevo Volkswagen Jetta 2019, la imagen de un hombre renovado salió a relucir para decirnos que la esperanza es lo último que muere, y que al igual que hay obstáculos en el camino, también aparecen nuevas rutas que tomar. Así le sucede a él, y con toda la actitud regresa a la televisión para seguir compartiendo la que tuvo hace unos años contra el cáncer. Con el corazón en las manos, miles de filosofías que lo hicieron aferrarse a la vida y una experiencia cercana a la muerte, Fernando nos platica acerca de los momentos más duros que lo hicieron ponerle pausa a su carrera cuando fue diagnosticado con cáncer en julio de 2012 y en una de las cirugías llegó a caer en coma. Hoy, tras haber concluido su tratamiento de quimioterapia y estar en remisión, Fer asegura que no teme a la muerte porque sabe que más allá de lo corpóreo, hay vida.

 

Vivimos en una ciudad caótica, ¿cómo sobrevives a bordo de un automóvil?

Todo depende de la actitud y del estado de ánimo. Incluso se puede llegar a meditar y aprovechar esos tiempos en el coche. A mí me gusta la velocidad, y por eso amo manejar en carretera. Esa es mi forma de meditar y entrar en contacto conmigo.

 

Hay muchos modelos de automóviles, ¿qué es en lo primero que te fijas a la hora de adquirir uno?

Sobre todo que sea confortable y tenga un gran equipo de sonido. Lo mejor es ir por la carretera y que el motor te responda, además de ir cómodo. Ya sea cuando voy con mis hijos, solo o en pareja, es impresionante esa sensación que algunos vehículos te brindan. A mí, Volkswagen me gusta mucho, he tenido el Passat y no cambiaría la marca, me gusta el confort que ofrece.

 

Eres de manejar autos deportivos, ¿qué te parece el nuevo Volkswagen Jetta 2019?

Tiene un fuerte motor y caballos de fuerza que lo hacen único; además, a diferencia de mi Passat, es más espacioso, lo que me pareció ideal para salir con mi familia y hasta con el perro. Un plus son los elementos de personalización para el conductor, y sus bolsas de aire que dan mayor seguridad a todos los pasajeros. Como conductor y amante de la carretera, sin duda saldría con este coche a manejar por horas para meditar y relajarme.

 

Por otro lado, ¿cómo te sienta el regreso a la televisión con el programa Hoy?

Estoy feliz, muy contento. Empezamos esta nueva etapa de Hoy con grandes amigos, una gran producción y bastantes ideas. Lo que más me gustade la conducción es precisamente comunicar, compartir, ser empático, entretener, dar mi punto de vista y llevar momentos de esparcimiento y diversión.

 

Eres un conductor lleno de espontaneidad, ¿qué importa más a la hora de estar a cuadro, portar un buen outfit o la actitud?

Es todo. El otro día escuché la ponencia de alguien que me pareció genial, y decía: “El talento y la disciplina suman, pero la actitud multiplica”. Y sí, todo suma, pero cuando traes actitud, se multiplica. Me encanta vestirme y verme bien, disfruto hablar de moda, de viajes, lugares para comer, y creo que EstiloDF encierra todo lo que me gusta; además, la forma que tienen de tratar los temas me agrada, por ejemplo en los espectáculos no intentan destrozar al artista, y en cine tienden a realizar una buena crítica. Esa manera de dar las noticias es totalmente empática conmigo.

 

En este momento hablas de diversión, pero hace unos meses no fue así, pues atravesaste por una etapa muy difícil al luchar contra el cáncer, ¿te sientes un hombre renovado?

Sí, me siento renovado. Abrazo la vida con todas mis fuerzas, abrazo el día a día, abrazo cada instante. Hoy, después de haber pasado por ese proceso al que te refieres, me siento despierto. La situación es que antes creía tener todo, pero vivía con miedo, como un zombie de The Walking dead. Después de varios trancazos te das cuenta que cuando pasas ese proceso de duelo, pérdida, enfermedad, tristeza y dolor, y llegas al otro lado, te sientes mucho más fortalecido y renovado.

 

Luchar contra la muerte es ya de por sí difícil, ¿qué pasó por tu mente en esos instantes, qué fue lo más complicado durante la batalla?

Cuando el doctor te dice que tienes cáncer, todo es difícil, porque esa palabra la asocias con la muerte. De entrada, nadie en mi familia había pasado por esa enfermedad y no sabía cómo enfrentarlo, todo se vuelve desconocido, piensas que te vas a morir, que ya te apagaron el switch y todo lo que soñaste se truncará. Piensas que ya no verás a tus hijos y a tu familia. Cada día es como si te estuvieses despidiendo, porque no sabes si al día siguiente vas a despertar o no, y además aprendes a vivir con el no tener la certeza absoluta de lo que pasará, porque no tienes nada más que el aquí y el ahora.

 

Estás en una etapa de remisión, ¿has recuperado un poco de esa certeza en tu vida?

En realidad me doy cuenta que nada está bajo control, nada. Mejor me relajo, porque dicen que si un problema no tiene solución, para qué te preocupas, y si el problema tiene solución, para qué te preocupas; ambos caminos te conducen a lo mismo, para qué te preocupas, mejor ocúpate y acepta que lo único que tienes es el aquí y el ahora. Esa es la única certeza que tengo en este momento mientras estamos platicando, y en cada cosa que hago doy el 200% porque es lo único que tengo.

 

Bajo esa filosofía, ¿los planes a corto y largo plazo tienen cabida en tu vida?

Es complicado hablar de un largo plazo cuando intento vivir aquí y ahora. Muchas veces pienso: “El día que esté sano voy a hacer tal cosa”, “el día que tenga tiempo voy a abrazar a mis hijos”, “el día que tenga tiempo ahora sí voy a viajar”, y así nos ponemos metas y actividades a largo y mediano plazo, cuando deberíamos hacerlas desde ahora. Si hoy me dijeran que es el último día de mi vida o te lo dijeran a ti o a las personas que me están leyendo, sé que harían lo mismo que hago yo, y ahí encontrarían respuestas y, por supuesto, cambiaría mucho la vida de cada uno. Todos los días que despierto me lo pregunto: “Si hoy fuera tu último día, ¿qué te gustaría hacer?, ¿por qué no cierras ciclos?, ¿qué esperas para abrazar a tus hijos?, ¿qué esperas para abrazar o perdonar a la persona que está ahí?”. Esa es mi nueva modalidad, ese nuevo mood me tiene aquí, lleno de vida. ¿Sabes?, a veces me cacho pensando y estoy con una sonrisota y feliz sin hacer realmente mucho, simplemente estar vivo me hace tener felicidad, en eso ha cambiado todo.

 

¿Cómo se verá afectada tu faceta de conductor con este cambio de vida?

El que se fue en su momento del otro matutino, Venga la alegría, era un Fernando. El que regresa a la televisión es un hombre que pasó por un proceso de pérdida, que dieron por muerto; es un Fernando que perdió todo cuando creía tenerlo, y descubrió que en realidad no tenía nada. Cuando le dices al doctor: “Sálveme, le doy todo lo que tengo”, y él te dice que no hay nada que hacer, entonces te das cuenta que todo por lo que habías trabajado, en ese momento en particular, cuando te enfrentas al cáncer, no sirve de nada. El Fernando que regresa a la televisión es un conductor lleno de alegría, de amor por la vida y lo que hace, un hombre que tiene la intención de compartir su experiencia.

 

Esa intención de compartir te ha llevado a vaciar tus emociones en las páginas de un libro…

Sí, he escrito un libro que se llama ¡Arriba los corazones!, porque mucha gente me preguntaba: “Oye Fer, ¿cómo hiciste para salir?”. No es tan sencillo, pero hay modos. El libro me ayudó a sanar y aterrizar toda la locura que tenía en mi cabeza. Lo escribí porque quiero acompañar a todas aquellas personas que están pasando por un proceso de pérdida de salud, de ser querido, un trabajo o una falta de fe; cualquier tipo de pérdida, como puede llegar a ser hasta la separación de pareja. En cada página trato de explicar y contar cómo nos gustaría ser tratados a esas personas que sabemos que podemos morir. Lo que hago es compartir y dar un buen momento, y si alguna persona puede sentirse acompañada en su proceso de duelo o dolor con una palabra o mal chiste que hago, soy feliz. Esa es mi misión.

 

«Cuando el doctor te dice que tienes cáncer, todo es difícil, porque esa palabra la asocias con la muerte”

 

Y esa misión se ha extendido por las redes, como es el caso de tu canal de YouTube…

Lo abrí precisamente para eso. Es un canal en el que comparto todas mis experiencias y enseñanzas, y la misma gente me va diciendo los temas de los cuales quieren que hablemos.

 

Das consejos para motivar a las personas, ¿qué te motivó a ti en el momento más crítico del cáncer?

Vivo tomando talleres. Ahora voy a tomar uno con un sacerdote Q’ero, se llama Nicolás Pauccar. Siempre estoy estudiando, estudié budismo, chamanismo, los 11 pasos de la magia y otros tipos de prácticas. Hoy lo que me tiene vivo es abrazarme a lo imposible. Cuando los doctores te dicen que no hay nada que hacer y tú vas más allá de los límites, ayuda mucho. Me he vuelto muy espiritual y me vuelven loco esos temas; he estudiado el Libro de los Muertos, cristianismo y hasta judaísmo. Un día estaba en mi casa platicando con un rabino y un sacerdote al lado mío, y charlamos de todo. Amo la filosofía, hablar de la vida, del origen del mundo o del hombre.

 

¿En qué momento nació esa inquietud por lo espiritual?

Ya venía desde antes, y lo que la detonó fue cuando estuve en coma. Ahí tuve lo que los griegos llaman “epifanía”, que es un contacto con la divinidad o con eso que llamamos Dios, o como cada quien quiera llamarlo, y a partir de ahí despertó totalmente esta parte espiritual. Cuando regresé del coma, como lo describo en el libro, terminé siendo otro. Estar ahí, en presencia de esa divinidad, me cambió la vida; desde entonces dejé de tenerle miedo a la muerte. Horacio Quiroga, en su cuento El hombre muerto, menciona que la muerte es un transcurso de la vida que se piensa muchas veces ante la seguridad de que algún día llegará.

 

Para ti, ¿qué es la muerte?

Es que en verdad no mueres nunca. Somos seres humanos y, como tales, somos la esencia del creador. El humano viene de Humus, que es nuestro cuerpo; el cuerpo sí está en el tiempo y el espacio, pero el ser es atemporal, y cuando morimos, el ser que ha estado, está y estará, porque la materia no se crea ni destruye, sólo se transforma. Y así es como la veo, a partir de darme cuenta que uno nunca muere, la vida tomó otro sentido.

 

¿Qué esperas para este 2018?

Seguir siendo feliz y este hombre renovado que lucha cada día por vivir y dar lo mejor de sí. Espero que los proyectos vayan fluyendo poco a poco.

 

CUESTIÓN DE ESTILO

Mayor defecto: “Soy impaciente”

Mayor virtud: “Soy alegre”

Rasgo distintivo: “Ser adaptable y flexible”

Ideal de felicidad: “Vibrar alto”

Color favorito: “El negro y rojo”

Héroe de ficción: “Superman”

Héroe en la vida: “Mis padres”

Hábito ajeno que no soportas: “Que sean desordenados”

Lo que más detestas: “Que sea poco estructurado de repente”

Estado más típico: “Alegre”

Lema: “¡Arriba los corazones!”

Lugar para relajarte: “La playa”

Gusto culposo musical: “Los Ángeles Azules”

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