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Ludwika Paleta, una mamá de lujo

por: Stephanie Cancino Zenteno

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Su figura de mujer incita a admirarla como tal, pero su mirada dulce y atrayente induce a conocer su alma y percibir su actuar tan delicado y audaz; misterioso andar que debajo de la piel de diversos personajes queda maquillado con anhelos robados en el aire de un escenario, ya sea bajo los reflectores o bien en la imagen de una gran pantalla.

Ludwika Paleta es, antes que nada, una mujer con un carisma contagioso y una magia natural que sobresale de entre las personas; aventurada actriz apasionada que desde muy temprana edad ha conquistado varios escenarios y quien hoy por hoy lucha por alcanzar nuevos horizontes. Pero, sobre todo, la rubia es dueña de su propio destino, camino que conduce a las mujeres hacia el conocimiento cada vez más profundo de sí mismas.

La ojiazul, aclamada por sus exquisitas interpretaciones en cine, teatro y televisión, ha cosechado una fama a base de trabajo íntegro y eficaz, pero también ha ido ganando el cariño de la gente a través de su esencia, la cual fue forjada por sus padres y por su hijo Nicolás, quien la ayudó a crecer como persona desde que descubrió que ser madre es ser más allá de una misma.

En amena charla con EstiloDF, la guapa actriz nos hace partícipes de sus más lindos recuerdos como madre e hija, nos platica de su labor como persona y como profesional, de su día a día y de sus expectativas para el futuro. También confiesa los motivos de esa sonrisa y mirada dulce que conquistan corazones, entre los que destacan su relación amorosa, sus deseos por ser madre por segunda ocasión, su pronta participación en la obra teatral Grito al cielo con todo mi corazón y el próximo estreno de los filmes Volando bajo y Refugio.

¿Quién es Ludwika Paleta?

Soy una mujer multifacética: mamá, esposa, actriz… vividora de la vida, fanática de la felicidad, buscadora de retos y aquellas cosas que me traen alegría; mujer inspirada por sus impulsos y por encontrar una buena razón para vivir. Soy una persona que se pregunta todo el tiempo una mamá de lu jo Combina a la perfección su faceta como madre y su carrera profesional para qué estamos aquí y qué podemos aportar, por eso procuro siempre actuar para que este mundo donde vivimos sea cada vez un poquito mejor.

En tus venas corre sangre polaca, pero has crecido bajo erudición mexicana, ¿cómo influyó esta mezcla cultural en lo que eres hoy en día?

Nací en Cracovia, Polonia, pero emigré a tierras mexicanas cuando era muy chica. Soy hija de una mezcla de contextos. Al venir de una familia de padres polacos, que como todos los habitantes de Polonia han sufrido situaciones difíciles, te hace de una manera muy particular. En mi país de origen la gente ha vivido opresión, carencias y guerras, además han sido limitados, generación tras generación, al sentimiento de vivir bajo un sistema que no te permite crecer más allá de lo permitido. Yo soy resultado de una mixtura porque mis papás crecieron bajo esa cultura y esa educación que de cierta manera me inculcaron; sin embargo, también crecí siendo mexicana, marco que me permitió aprender a luchar por crecer y ganar las cosas.

Ser madre y padre conlleva muchas responsabilidades, es la educación que primero se concibe por parte de los hijos, ¿qué actitudes de tus padres se reflejan hoy en tu persona?

La educación que tus padres te brindan, incluso sin querer, influye mucho en quién eres como persona. Te hace adoptar ciertas actitudes y posturas ante la vida. Recuerdo cuando murió mi abuela materna: fuimos a Polonia a recoger y acomodar sus cosas, entonces descubrimos unos casetes que mis papás le enviaban, a manera de cartas, donde le contaban de las costumbres que se vivían en México, cosas sencillas, pero que para los polacos significaban una gran diferencia. “Aquí puedes comprar una cajetilla de cigarros en la tienda”, decía uno de ellos. A mí se me hacía muy extraño, pero de repente entiendo muchas actitudes de mis papás, como su afán por ahorrar y valorar. Mis papás me enseñaron a cuidar lo que se tiene, porque puede llegar el momento en que las circunstancias te lo quiten. Yo me veo en el espejo y encuentro esas enseñanzas en mi persona.

Después de una larga trayectoria, eres una de las actrices más queridas y aclamadas, ¿qué criterios tomas ahora para elegir los personajes que interpretas?

Es cierto que me convertí en actriz muy pronto, y creo que México fue el lugar indicado para hacerlo. A los nueve años empecé a actuar, y ahora que veo hacia atrás me cuesta trabajo no sonreír al ver mi cara de niña interpretando mis primeros personajes. Hoy en día me gusta contar historias que muevan a la gente por ser interesantes. Al elegir un personaje es importante que éste sea trascendental, diferente, desafiante y que aporte algo bueno.

Un 11 de noviembre, hace 15 años, te atreviste a interpretar el papel más desafiante de todos: ser madre, ¿cómo repercutió este hecho en tu vida?

Fue… ¡uf!, imagínate, a mí me tocó a los 20 años, en ese momento creí que ya era grande, me sentía un adulto, una mujer madura, capaz de todo, incluso de criar un hijo, y no es que no fuera capaz, pero ahora volteo hacia atrás y percibo el tiempo y los hechos con una madurez distinta. Ser mamá es un acontecimiento que amerita mucha responsabilidad y un compromiso muy grande, un hecho que le da un giro importante a tu vida y que te enseña a pensar de manera menos egoísta, pues te hace ver que esa personita que nació de tu vientre es un ser que sobrevive gracias a ti. Sin duda es uno de los sucesos que más me ha hecho crecer y cambiar, pues me enseñó a ver la vida de manera distinta y acomodar mis prioridades, incluso me obligo a madurar y vivir de manera diferente.

Ser mamá primeriza es complicado, y además joven debe serlo más, ¿qué recuerdo te viene a la mente que plasme esa etapa?

Tienes razón, es mucho más difícil, y recuerdos… tengo muchos. Por ejemplo, me acuerdo que realmente me sentía como la mamá y la señora, pero cuando una persona tocaba la puerta y yo salía a recibirla, me pedían que avisara a mi mamá… ¡Y yo era la señora de esa casa! En otra ocasión paseaba con mis papás en París, ellos traían a Nico en la carriola y la gente se acercaba a felicitarme por ¡mi hermanito! Yo luchaba mucho para que me tomaran en serio, que la gente me situará en mi rol, así que me empecé a comportar de manera más seria hasta que lo fui consiguiendo. Hoy quisiera que me dijeran que soy la hermana, jajaja.

¿Cómo describes tu relación madre-hijo?

Mmm… pues se puede decir que aprendí con Nicolás a ser mamá; como era la única que tenía un bebé, mis amigas y yo casi casi jugábamos a las muñecas con él. Era impresionante cómo nos peleábamos como niños; hoy somos muy amigos, nos llevamos muy bien, jugamos y vemos pelis juntos, nos contamos cosas, en fin. Sin embargo, sí dejo muy claro que hay jerarquías, que la confianza y el buen trato no hacen a un lado el respeto entre ambos y el hecho de que yo soy la mamá y él el hijo. Al fin y al cabo él debe comprender que yo estoy a su cargo y que hay cosas para las que todavía no tiene la madurez suficiente.

Tu entorno familiar está inundado de talento artístico, ¿crees que tu hijo siga tus pasos como artista?

Una revista escribió una vez que mi hijo ya estaba pisando el mundo musical, lo pintó como el inicio de su carrera. La verdad es que a Nico le gusta la música, así como también le gustan el parkour, el box, entre otras cosas. Es un adolescente que está descubriendo sus intereses e inquietudes, no hay nada seguro. Lo que sí, canta muy bonito, pero no sé si va a hacer cantante o no. Más que la carrera que quiera hacer, me interesa que aprenda a ser responsable, disciplinado, comprometido, pero sobre todo feliz en lo que elija hacer. Haga lo que haga, que sea bueno en eso. Yo lo apoyo.

¿Cómo entra la maternidad en el día a día de una actriz bella y exitosa como tú?

Ser mamá es una faceta más de la vida. Una mujer no se convierte en mamá, sino en una persona viviente de una etapa distinta, muy bella. La maternidad es como ser hija, esposa o actriz, una faceta más que no te obliga a renunciar a tus sueños y a tu esencia como persona. No creo que debas dejar de lado tu vida o sacrificar tu felicidad por criar a tus hijos, es más bien aprender a compartir y disfrutar una nueva alegría. 06 joyeros desde 1920 No creo que debas dejar de lado tu vida o sacrificar tu felicidad por criar a tus hijos, es más bien aprender a compartir y disfrutar una nueva alegría

¿Una buena crianza va de la mano del liberalismo o del control constante?

Creo que ninguna de las dos. Es necesario aprender a delegar y a despegarte un poco de los hijos. Es importante estar al pendiente de ellos, pero sin llegar al punto de querer vivir a través de ellos. La aprensión y control en exceso tienen consecuencias malas para ambas partes. Hay que guiarlos y enseñarles, aconsejarles y cuidarles, pero teniendo claro que parte del proceso es dejarlos volar con sus propias alas.

¿Te gustaría tener más hijos?

Sí me gustaría y sí quiero porque siento que estoy en una etapa de mi vida muy feliz: soy una mujer enamorada, más madura, con prioridades distintas y con una idea diferente de la vida. Pero tengo cinco años para planearlo, o sea no estoy trabajando para ya en este momento embarazarme, sólo es un anhelo.

Regresas al teatro gritando, cuéntanos un poco de este proyecto…

Así es, casualmente una amiga me invita a participar cuando estaba en un festival de cine en Baja California; ella me busca y me platica de qué se trata, y me convence. La obra se llama Grito al cielo con todo mi corazón, es una historia de mujeres, de relaciones entre ellas. Su nombre original es La teoría de la reencarnación y plantea la idea de que los personajes se van repitiendo a través de las vidas; no necesariamente habla sobre la reencarnación como tal porque lo deja muy abierto y ambiguo, pero sí habla de cuando tienes un enganche con alguien y no lo resuelves, te lo encuentras en esta vida o en la siguiente. También toca el tema de los conjuros y de las peticiones al cielo, estrellas o a aquello en lo que más creemos en momentos de desesperación y dolor.

Protagonizas la historia 10 veces, ¿cómo sucede esto?

Es que los personajes, según la circunstancia en la que están, piden al cielo reencontrarse, separarse, vengarse o no volver a verse jamás, pero llega la siguiente vida y se sitúan las mismas almas en distintos cuerpos, cuerpos que traen esa información de vidas pasadas. Somos dos actrices que participamos en la puesta, Daniela Schmidt y yo, y cada una interpreta 10 personajes distintos, un reto impresionante y muy padre.

¿Crees en la infinidad de la vida a través de distintos cuerpos, acudes a Dios para pedirle que te ayude con tus propósitos?

No, la verdad no. No creo en la reencarnación y no suelo pedir cosas a alguien más. Yo más bien creo en la poesía, en las energías y en los decretos, también en las vibra y en que uno mismo es escritor de su propia historia. El destino es relativo, es más bien lo que uno hace lo que determina lo que tienes.

¿Tus metas y proyectos próximos?

Soy muy inquieta, y justo ahora tengo varias cosas… por ahora me mantengo ocupadísima ensayando la obra que ya inicia este mes, y vienen los estrenos de las películas Volando bajo y Refugio, así como también otro proyecto teatral.

¿Una frase que te guste o te defina?

“Todo está bien”. Me gusta pensar eso porque cuando uno sufre las cosas que pasan, usualmente nos olvidamos de que seguimos vivos y que aún gozamos de las oportunidades de redimir nuestros errores.

 

CUESTIÓN DE ESTILO

Nombre: Ludwika Paleta Paciorek.

Fecha en que se convirtió en mamá: 11 de noviembre.

Nombre de su hijo: Nicolás Haza.

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