Desde muy joven, Stephanie Cayo abrazó la actuación con devoción. Su talento, belleza y entrega le valieron convertirse en un rostro recurrente en producciones televisivas del hemisferio sur, sin embargo, como ella misma lo admite, su inquieta personalidad la empujaba a querer siempre incursionar en nuevos y diferentes proyectos.
Tras comenzar a explorar nuevos caminos, la joven peruana de 30 años llegó a México para formar parte de Club de Cuervos, una serie que “me cambió la vida para bien”. Tras lo vivi- do, ahora la rubia desea continuar por el mismo sendero en el que pueda ver- se desafiada y tenga la oportunidad de consumar uno de sus más profundos anhelos: la internacionalización.
Aunque no pierde detalle de su maquillaje y cada outfit que usará para esta sesión fotográfica, Stephanie no tiene reparo en sumergirse en una charla en la que habla de sueños, desafíos y dejar en claro que si bien su trabajo es su pasión, sus prioridades van más allá del set.
Recientemente te vimos de vuelta en la temporada final de Club de Cuervos, ¿qué sentiste al regresar y decirle adiós a una de las series más queridas de la actualidad?
Estaba súper emocionada de ver lo que iba a suceder con la última temporada; desde que la leímos, todos supimos que se trataba de algo muy especial, pero no sólo por ser el final, sino porque realmente se hizo algo fuera de serie que te provocaba que la gente pudiera verla cuanto antes. En lo personal me gustó regresar a Mary Luz, mi personaje, pues siento que se aclararon muchas cosas que no se llegaron a contar en las temporadas pasadas. Es la gente quien decidirá si se trata de un final digno o no, pero al menos quedé muy contenta.
¿Qué te deja esta experiencia?
Fue una serie tan divertida y buena que me gustaría seguir por el mismo camino, quiero hacer otras historias, pero de la misma calidad. Me parece que como actriz soy muy inquieta y me gusta hacer muchas cosas diferentes todo el tiempo. Creo que eso responde a que ya tengo muchos años trabajando, llevo 20 años en esto, inicié a los 9, y desde entonces las ganas van en aumento.
No hay duda de que Club de Cuervos te puso en el radar de muchas personas, ¿qué oportunidades surgieron a partir de este proyecto?
Sí, claro, han llegado muchas nuevas posibilidades desde entonces. Una de las más significativas fue hacer una película en España, que incluso fue una de las más taquilleras el año pasado: Yucatán, de Daniel Monzón. También salió otra oportunidad para formar parte de una película en Estados Unidos junto a Paul Sorvino (Bad Impulse) y otras cositas, pero me tomo con calma las cosas para elegir bien. A veces es difícil la carrera actoral porque te dan muchas ganas de actuar sin parar, sin embargo, pienso que cuando ya has trabajado tantos años como yo, te pones más picky con los proyectos que quieres hacer y, bueno, también están esos otros que no se te dan. Me gusta ser muy selectiva con lo que me ofrecen y con las personas con las que deseo trabajar, porque también me agrada pasarla bien y quiero aprender de la gente y de los personajes.
Fue un inicio de año sumamente productivo, ¿pero qué más anhelas en el futuro cercano?
Estoy súper emocionada por hacer más cine, pero también por incursionar en la música, pues también canto. Estoy preparando unos temas y un proyecto muy ambicioso en este sentido. No obstante, lo que más me inquieta es seguir haciendo proyectos interesantes que tengan que ver con estas plataformas online como Netflix, HBO, Amazon y ahora Apple. Se está desarrollando mucho contenido original y me agrada que no sean proyectos largos, lo cual me permite hacer muchas más cosas.
Si bien el abanico de oportunidades se ha abierto para todos los que se dedican a esto, ¿sigue siendo complicado abrirse paso?
Me parece súper padre que haya mucha competencia, aunque más que competencia es variedad; es genial tanto para el actor como para la audiencia, que puede elegir lo que quiere ver. Esa competencia ayuda a hacer cosas con mayor nivel, mejores historias, interpretaciones, grandes directores, y eso es bueno. Es como inspirar a nuevos talentos y escritores a tener estos parámetros, lo cual está muy bien.
¿Conseguir un papel importante continúa siendo un gran desafío?
Sí, sobre todo cuando vives en Los Ángeles como yo, jajaja. Para todos los actores es difícil porque hay mucha competencia. En mi caso, me mudé a Los Ángeles para competir con lo mejor de lo mejor, pues todos llegan ahí con el mismo sueño: alcanzar los proyectos más alucinantes. Uno necesita estar ahí, además de suerte y contactos. Recién estoy aprendido a jugar el juego.
¿Cuánto tiempo llevas en Los Ángeles?
Llevo como cuatro años, pero, ¿sabes?, me mudé y me salió Club de Cuervos inmediatamente, entonces tuve que venir para acá un rato. Iba y venía, pues hice otros proyectos también.
Pero entonces, ¿se trata de una reafirmación de tu búsqueda por la internacionalización?
Sí, es que soy muy inquieta y en verdad te lo digo, soy workaholic, me fascina trabajar y necesito salir de mi zona de confort todo el tiempo. Me quiero poner más retos, seguir abriendo fronteras, conociendo más gente y aprendiendo de diferentes artistas; la experiencia que tuve en España, por ejemplo, fue increíble.
¿Y hasta qué punto estarías dispuesta a sacrificarte por un papel?
Haría muchas cosas, pero la verdad es que casi siempre me preguntan que si me puedo pintar el pelo porque soy rubia. Creo que los americanos no se imaginan a una latina rubia, entonces cuando hay un callback me preguntan cosas como: “¿Te podrías poner el pelo más oscuro, broncearte más u oscurecerte la piel? Son estos estereotipos que poco a poco tenemos que ir cambiando.
Dicen que la belleza también está plagada de estigmas, ¿qué puedes decir al respecto?
Eso también pasa mucho, que se imaginan a la latina súper sexy. Me ha pasado de todo, una vez me dijeron algo como: “La queremos más plana”, y no entendí por qué, pues estaba dispuesta a mucho, incluso había ido sin maquillaje ese día para demostrar que me puedo deshacer del glamour sin ningún problema. Me dio mucha tristeza porque me encantaba el personaje. Curiosamente llamaron a mi manager para decirle que me querían hacer una prueba en otro papel: el de la guapa, pero no quería ese.
¿Cómo es sobreponerse a un “no”?
No pasa nada. Estoy mentalizada, lo que si- gue, no me quedo ahí, tiro las hojas de la audi- ción y ya estoy buscando las que siguen.
Hablas de que próximamente te acercarás más a la música, ¿qué tienes en mente?
Sí, estoy a punto de sacar una nueva canción, con BRAVVO y con Las Bambinas, mis sobrinas (Ariana y Alicia), que se están lanzando como cantantes. Mi deseo es apoyarlas en su carrera musical e hicimos una canción que hemos escrito junto a BRAVVO, con quien hice “Let me Go”, un tema que sonó acá en México en la radio y le fue muy bien. Se trata de una pieza muy latina y bailable. La pienso lanzar muy pronto, aunque todavía no tenemos fecha de salida.
Y entre tantos proyectos y anhelos, ¿cómo le haces para dedicar un tiempo para ti?
Me doy tiempo, claro, y es que la clave del éxito, al menos para mí, es la organización. Desde muy chiquita sufría porque me la pasaba grabando en un estudio, no salía, hice televisión todo el tiempo y a veces viajaba los fines de semana a ver a mi familia cuando vivía en Colombia, donde estuve siete años. Sufría porque sentía que no me daba tiempo para nada y soy muy familiar; fue cuando comencé a decir que “no” y cuando organicé mis prioridades. Me di cuenta que lo que más me hacía feliz eran mi familia y las personas que amaba, aprendí a ser más selectiva y organizada y mi vida cambió, soy mucho más feliz.
¿Qué es lo que más te apasiona?
Compartir. Creo que para trabajar en tu arte debes darte tiempo a ti y a las personas que amas, como mi pareja, que en este caso es súper importante para mí. Eso ha hecho que estas personas amadas me sigan acompañando.
¿Cuáles son tus aspiraciones?
No parar, me apasiona lo que hago desde que tengo uso de razón, desde chiquita. Hice mi primer comercial a los tres años y de ahí no paré. Ahora, el tiempo que me he tomado me ha servido mucho para crecer como persona y hacer ciertos cambios en mi vida, pero también para llenarme de energía y volver a emprender el camino. Voy a seguir actuando porque me apasiona y seguramente continuaré cantando también, porque así soy yo, no podría dedicar- me nada más a una cosa.
Mario Alberto Cabrera