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EstiloDF Weekend Marina de Tavira

por: Mario Cabrera

UNA HERMOSA EXPERIENCIA

Para la actriz, Roma es una cinta entrañable que habla sobre México, sus mujeres, y conecta con quien la ve.

Es un proyecto muy personal para mí, trata sobre la vida misma y espero que tengan tiempo suficiente porque vamos a trabajar mucho”, dice Marina para dejar escapar una risa discreta, pero colmada de especial significado. No es para menos, la actriz mantiene indelebles en su memoria las palabras con las que Alfonso Cuarón la invitó a ella y a Yalitza Aparicio a convertirse en las protagonistas de Roma, cinta que considera “uno de los proyectos más bellos” en los que se ha involucrado y que le ha dado una exposición mundial sin precedentes gracias a un destacado desempeño frente a la cámara. Pero a pesar del evidente entusiasmo que ahora predomina en su presente, la actriz recuerda haberse visto sorprendida en aquel entonces por la manera en que fue involucrándose en el proyecto que ha causado revuelo en todo el planeta. Y es que admite haber tenido apenas una idea frugal del proyecto y de su personaje: Sofía, la madre de una familia de clase media que vive un convulso año en la Ciudad de México de principios de la década de los 70. Si bien la idea de involucrarse en un proyecto junto a uno de los directores que, asegura, “más admira”, era ya un poderoso motivante para volcarse de lleno en su nueva encomienda, la capitalina afirma que ahondar en una historia que recuerda y exhibe los punzantes dilemas que aquejan a México, así como interpretar a una mujer con la que comulgaba y se identificaba, la convencieron por completo. “Es un tema que, sin lugar a dudas, me interesa, conozco y experimenté como hija en los 80. Me gusta mucho hablar de cosas que me mueven personalmente también”, dice con un tono pausado que evoca a la memoria. Satisfecha con haber sumado a que esta historia fuera una realidad, Marina reflexiona sobre esta experiencia y profundiza en la manera en la que Roma sigue marcando su vida y reafirma su pasión con la actuación. ¿Cómo te involucraste en este proyecto? Hice varias audiciones con el director de casting, Luis Rosales, quien me invitó a hacer una prueba para un proyecto del que no me podía decir con exactitud de qué se trataba. Me di cuenta que intentaban ver realmente quién era yo; como que la intención era ser tú y hablar de tu experiencia de vida, cosas muy específicas de quién eres, así como de tu historia personal. Fue un proceso largo, y ya muy cerca del final me enteré que se trataba de una película que iba a dirigir Alfonso Cuarón… fue un momento muy emocionante. Al final del proceso lo conocí a él y después a Yalitza. En la última sesión estuvimos juntas y ahí fue donde Alfonso nos invitó a participar en un proyecto que, aseguró, “era muy personal” para él.

 

Cuando te enteras de esta encomienda tan específica que Alfonso te solicitaba, ¿qué pasó por tu cabeza?

Me emocionó mucho porque me di cuenta que era algo importante a pesar de que no conocía el guión desde el principio. Me tocó ir conociendo esta historia durante el proceso, pues él nos iba entregando las escenas día a día, además de que filmamos en absoluto orden cronológico, lo cual fue increíble, pues fue como si el personaje realmente estuviera viviendo una experiencia de vida real, descubriendo las cosas día a día como nos sucede a nosotros. No sabía exactamente a qué me iba a enfrentar, pero sí sabía que se trataba sobre la familia, y en este caso sobre una mujer que estaba a punto de enfrentar el rompimiento de su matrimonio, en una década en la que eso era muy duro para una mujer. Me entusiasmó mucho porque es un tema que, sin lugar a dudas, me interesa, conozco y experimenté como hija en los 80. Me gusta mucho hablar de cosas que me mueven personalmente también.

 

No queda duda de tu experiencia en la actuación, sin embargo, ¿cómo fue trabajar con una persona tan meticulosa como Cuarón?

Fue entregarse por completo al juego que él nos estaba planteando, por supuesto que a mí cada vez que me llaman al set siento un agujero en el estómago, los nervios nunca se me quitan, es casi como le sucede a los trapecistas antes de cada función. En este caso sentí mucha responsabilidad por tratarse de un proyecto tan personal para un director que admiro mucho. Me sentía muy agradecida, pero también con un gran compromiso. Sin embargo, poco a poco Alfonso fue haciendo que todos los pensamientos que no ayudaban a entrar en la ficción se fueran quitando. La forma en la que nos dirigió fue poner a los personajes a jugar dentro de la situación. Entonces eso es lo que ocupa tu mente, se olvidan los nervios o si el director te impone o no, sino que de verdad te metes en la aventura del personaje.

 

Aunque se trata de una ficción, Roma está inspirada en hechos y personas reales, ¿cómo te preparaste para darle vida a Sofía?

Alfonso habló mucho conmigo en una sesión muy larga en la que me contó todo acerca de Sofía, su historia, su biografía, cómo conoció a su marido, dónde nació cada hijo, todo con un detalle muy exhaustivo. Después de que me dijo todo esto me pidió que lo olvidara, que no lo analizara, sino que lo dejara ser en mí, de la misma forma en la que nosotros mismos cargamos con nuestra biografía a cuestas y somos consecuencia de lo que hemos vivido. Me pidió que asumiera eso, confiando en que las experiencias personales mías podían relacionarse con Sofía y que se podían alimentar una de otra, porque al final sí creo, desde mi punto de vista, que el trabajo actoral siempre tiene que ver con poner mucho de quién eres tú y tus experiencias ahí en la ficción.

 

¿Y qué tanto de Marina hay en Sofía?

Sofía está inspirada en Cristina, la madre de Alfonso. Pero también tiene mi corazón, mis memorias de la infancia, las experiencias de mi madre. Al final creo que el trabajo que hizo Alfonso tan exhaustivo con su propia memoria nos tocó a todos y empezamos a trabajar con nuestras propias memorias. He hablado con distintas personas que trabajaron en la película, por ejemplo con Eugenio Caballero, el director de producción, y también asegura que recrear todos esos espacios fue un viaje a su infancia y a su pasado. ¿Qué te llevas de este proyecto? Muchas cosas: la gratitud y la emoción de ser parte de un proyecto que habla de México de una forma tan singular, que abre la conversación sobre mujeres que pertenecen a comunidades indígenas y sobre cómo nos relacionamos en la familia, el lugar que tienen las empleadas domésticas, cómo se puede luchar por sus derechos, y especialmente sacar a la luz muchas cosas que no vemos y damos por hecho, pero que necesitan realmente pensarse, porque pueden ser mejores.

 

Esta experiencia, ¿suscitó un cambio o reafirmó algo en ti?

Reafirmó que cuando un proyecto se hace con ese corazón, pero también con un dominio de una técnica y se alcanza la maestría, resulta entrañable para el espectador y se conecta personalmente con quienes lo ven.

 

¿Vislumbrabas el fenómeno mediático en el que se iba a convertir Roma?

La verdad sabía que iba a ser bella, única, por el talento del director, y en este caso también guionista, fotógrafo, productor y editor, y sobre todo porque es un proyecto tan personal y que fue filmado de distinta manera a como lo había hecho antes. Supe al hacerlo que tenía muchísimo poder, corazón y fuerza, pero no sabía que la gente en diferentes países se iba a conectar con una historia tan personal, tan local y tan de México; que ésta le iba a hablar a gente en Japón, en Italia, en Estados Unidos o España de la manera en la que lo ha hecho. Una vez más reitero que tiene que ver con que Roma habla de algo que, tal vez, todos hemos experimentado: las cicatrices de la infancia.

 

Has hablado de tu experiencia con Alfonso, pero ¿qué hay de aquella con Yalitza?

Compartíamos mucho en el set, pero también fuera de él. Esperábamos mucho tiempo en una casa que era una réplica de la vivienda en la que estábamos filmando, donde convivíamos todos juntos durante el día. Ahí estaba Yalitza (Aparicio), Nancy (García), Fernando (Grediaga), los niños y todos los demás, todos compartiendo muchas cosas, hasta el mismo baño, en una dinámica muy parecida a la que la familia tenía en pantalla. Nos llegamos a conocer muchísimo; descubrí en Yalitza a una mujer bellísima, uno de los seres humanos más hermosos que he conocido y dueña de un alma transparente. Para mí ella siempre fue Cleo, jamás interactuamos como dos actrices que están poniendo su técnica en acción, sino que realmente eran Sofía y Cleo las que dialogaban. Fue muy bonito.

 

Tras las primeras reacciones de la crítica hacia Roma, la gente no podía dejar de enumerar sus muchas virtudes y poner especial atención en sus actrices, ¿qué piensas de toda la proyección que te está dando esta película?

Es, sin lugar a dudas, muy emocionante. Llevo trabajando muchos años en el teatro, un lugar que adoro y del cual me siento parte, no es un sitio que te dé una proyección internacional como la que me está dando Roma. Es muy bonito que de pronto suceda, que tengas la suerte de participar en un proyecto que tiene esta proyección. Es también un sueño conocer de pronto a gente tan interesante y que has admirado durante mucho tiempo. Pienso que hay muchas vidas en una y éste es un momento de otro tipo de experiencia que está siendo muy especial.

 

Honestamente, ¿lo imaginabas?

Te confieso que no. Ha sido vivir sorpresa tras sorpresa y ahora eso es a lo que estoy dedicando mi tiempo, porque creo que lo merece y lo disfrutamos. Es muy bonito compartir tu trabajo y sobre todo escuchar lo que la gente siente, lo que les provoca y que se acerquen a compartir sus experiencias de vida contigo y platiquen de su infancia, de las mujeres que los criaron o de su mamá. Es muy conmovedor cómo, tras ver Roma, la gente quiere hablar de cómo crecieron.

 

Se habla de muchos galardones para la cinta y sus protagonistas, ¿qué opinas de esto?

La verdad es que nunca pienso hacia adelante. Las expectativas son siempre algo que al final terminas cargando. Creo que la sabiduría está en estar viviendo día a día el momento. Si la película es premiada o nominada, provoca que la gente la vea y que haya una conversación importante sobre México, y eso es maravilloso y muy bello para nuestro país. Personalmente no tengo ninguna expectativa.

 

La gente habla de ti y tu desempeño, ¿crees que has alcanzado el clímax profesional?

He tenido la oportunidad de interpretar personajes hermosos a lo largo de mi carrera, no tengo más que gratitud a mi profesión por lo que he vivido. Ahora, lo único que espero es que no sea el clímax de mi carrera porque eso querría decir que he hecho el más grande proyecto de mi vida, que seguramente es uno de los más bellos, pero siempre hay que soñar que vendrán proyectos más hermosos y cosas importantes por decir.

 

Sin duda tendrás un inicio de año volátil con el recorrido que tendrá la película en las diferentes premiaciones para las que será considerada, pero ¿qué sigue para ti en 2019?

Cuando terminemos la promoción de Roma y finalmente haya llegado a todos los lugares a los que tenga que llegar, necesitaré descansar, porque sí está siendo increíble, pero también muy agotador. Soy productora de teatro y tuve que poner en pausa proyectos míos que tengo por una muy buena causa, ahora necesito reactivarlos. También he recibido propuestas de otros trabajos, a los que en su momento tuve que decir que no. Ahora no sé qué voy a decidir, cuáles de ellos voy a tomar, quiero esperarme hasta encontrar en el que sienta que pueda volcarme por completo.

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