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Reikon, del barrio a la cima

por: Elena Del Castillo

Antes que Maluma, Reykon puede asumirse como El Líder del reguetón colombiano. Sin embargo, no hace falta que lo haga. Entre ellos no existe rivalidad, confiesa Andrés Felipe Londoño, mejor conocido como Reykon, quien impulsó el género urbano desde el barrio, junto a J Balvin, Golpe a Golpe y El Tigre, para demostrar que ellos también poseen la cualidad de hacer mover las caderas, y no sólo los boricuas. De hecho, además de sus temas “Domingo”, “Sisas”, “Mala” y “El chisme”, se encuentra rompiéndola junto a Maluma con el tema “Latina”, donde ambos colombianos ponen a bailar sin parar al ritmo de una letra pegajosa que derriba esquemas, como lo hizo en su momento junto a Bebe Rexha con “All The Way” en 2015, al realizar su gira por Australia y fue el tema oficial de la Copa Oro de la Concacaf.

Orgulloso de sus orígenes y consciente de cada uno de los tropiezos que ha tenido en su trayectoria, como estar a punto de perder la voz, el originario de Envigado ha encontrado un equilibrio para llevar una vida mejor sin despegar los pies de la tierra y sin olvidar que su lugar para conectar con él mismo es su casa, junto a unos frijoles cocinados por su madre. Entusiasta y con una sencillez que hizo juego con la bomber jacket que portó mientras se alistaba para nuestra sesión fotográfica, Reykon dejó claro que Dios es parte de su vida. Además de las letras amarillas que resaltaron en su outfit totalmente negro, un crucifijo fue el protagonista que estuvo presente durante la charla, junto a una gruesa cadena que hacía girar la mirada hacia ésta, al cuestionarlo sobre hacer reguetón cristiano.

¿Cómo se dio trabajar junto a Maluma para “Latina”? Somos amigos desde hace mucho tiempo; de repente subí el previo de una canción que tenía guardada, le gustó mucho y dijo que debíamos hacer algo, así fue como empezamos a montarla, todo se dio muy natural. Se podría decir que salimos a la par, pero quizá yo tardé más; no hay rivalidad, por el contrario, fue un placer trabajar juntos; no la pensamos mucho, “Latina” llegó casi sola, estábamos en la misma sintonía. El género urbano está más fuerte que nunca, y aunque se creía que era sólo de boricuas, su origen proviene de los barrios bajos de Colombia, ¿fue fácil despegar? Nosotros veíamos difícil que el género fuera a despuntar tan fácil porque en ese momento no teníamos mucho alcance; ya existía el reguetón de Don Omar y Daddy Yankee, pero nosotros, junto a J Balvin, iniciamos un grupo que se llamaba Golpe a Golpey nos metimos de lleno a ver qué pasaba, a pesar de que estaba muy catalogado que todo era de boricuas, pero de tanto luchar, los colombianos nos fuimos colocando.

¿Cuáles son los contrastes de tus inicios con los días de fama que has alcanzado? Todo en la vida se da poco a poco; cuando creces, lo único que haces es ratificar que nosotros íbamos por un camino correcto, aunque fuera de manera lenta. La situación entre nosotros sigue siendo muy bacana, todos somos amigos, los que empezamos y los que se han ido sumando a esto. El urbano es un género que todavía está naciendo, porque realmente no es mucho tiempo el que los colombianos están por encima, y tiene para buen rato. Yo te diría que lo que se viene en el género urbano son situaciones grandes.

Dices que iniciaste muy joven, ¿qué recuerdo tienes de tu adolescencia? Vengo de una familia muy humilde, la verdad; me tocó venir desde abajo, de un núcleo de escasos recursos, y cuando te digo escasos, es realmente escasos. No le cambiaría nada a mi adolescencia y a todo lo que viví esos años, porque eso me hizo estar hoy aquí y valorar cada instante, cada paso que doy; la gratitud y todos los sentimientos lindos vienen de esos lugares. Tengo recuerdos muy bonitos, a pesar de que donde nací no estaba fácil porque era el barrio. Hoy quiero demostrarles a los jóvenes que en los barrios hay menos oportunidades, pero si uno las busca, las encuentra. ¿A qué te dedicabas antes de la música? Hice de todo: fui cerrajero, barbero, mensajero, también cargué cajas en las centrales mayoristas y lo que fuera en la calle. Vivíamos al día y me tocaba buscarme el peso como fuera; después llegó la música y es de lo que vivimos ahora. ¿Cómo fue ese primer acercamiento con la música? Empezó entre amigos, nos reuníamos en la esquina donde vivía, poníamos la musiquita y empezábamos a rapear e improvisar. Se fueron dando más seguido esos momentos y me encontré con gente linda que no precisamente cantaba, pero hacía pistas o producía, así llegó alguien con un estudio y un día grabamos.

¿Cómo fue esa primera grabación, intuías que lograrías despuntar? Es un recuerdo muy bonito, y no fue a la primera grabación, ni a la segunda, todo tardó en llegar. A uno no le creían ni los papás, jajaja. Al final era un proceso de ir en contra de todo lo que la gente decía; había burlas de los amigos y de la familia porque ahí teníamos el material, pero al final no pasaba nada, y no me gustaba, no era como hoy que está pasando todo. ¿Tuviste que cambiar para que te voltearan a ver? No hubo un cambio, en ningún momento lo ha habido. Lo que he hecho es evolucionar, porque si no, no sería genuino lo que hago. A diario trabajas en algo y lo pules, obviamente las primeras canciones no son lo mismo que ahora. La constancia y estar metidos todo el día en el estudio nos ayudó a salir y crecer. ¿Cambiarías el resultado de esa evolución? No, me gusta lo que hago, ¡me encanta! Mi familia come con esto. La familia de todos los que trabajan de esto puede comer, y eso está por encima de un gusto. Como su nombre lo dice, el género urbano es callejero, ¿qué tanto cuidas el lenguaje de tus canciones? Sí, lo urbano viene de la calle, pero no estoy del lado de las letras tan groseras, no es mi gusto, aunque tampoco lo critico porque en algún momento lo han escuchado de mí. Me parece que el género necesita eso y gusta, no puedo tratar de tapar el sol con un dedo. Lo único que uno debe hacer es gozar la música en todos sus campos.

Hay buena música que no es así de grosera, pero de pronto tiene un doble sentido y a lo mejor es más grosero que si se dice directo. El género sin duda es muy sensual, desde su misma percusión incita a bailar y mover las caderas. A mí me encanta lo que está pasando con el reguetón moderno, no critico ni me espanto de las letras groseras, porque alguna vez las he hecho. ¿En algún momento viste la música como un escape? La vi como un escape de la vida, de las cosas tristes que podía coger de la calle; la música era mi escape para buscar otro estilo de vida del que me iba a tocar vivir. Simplemente hice música y me di cuenta que si iba a una discoteca, me gustaba que sonara la canción. Sonar en la radio está cool, pero siempre he querido que la gente disfrute en la discoteca. Tus letras ponen a bailar a cualquiera, ¿disfrutas bailar? No, yo no bailo, jajaja. Me gusta poner a bailar a los demás. Además de este reciente tema con Maluma y Pedro Capó, ¿con quién más te gustaría colaborar? Lo bueno de este género es que absorbe de todo mundo y deja entrar a todos; para mí, ya decir que ellos están presentes me llena de alegría, y los que se sumen, está perfecto.

¿Cómo describirías la música urbana? Es el pop de hoy en día. Por sus orígenes, es el género del pueblo que hoy ha sido aceptado; es diferente, pero es del pueblo. Es lo que fue la salsa o el hip-hop en su tiempo, y es el género que hoy le da de comer a muchas personas. Viste los inicios de la música urbana y cómo se han sumado artistas pop y de otros estilos, ¿hacia dónde crees que va? Es la música que predomina en el mundo. Cuando hace 15 años llegó a mi tierra decían que se iba a acabar, y no ha pasado; a veces creo que no va a parar y sólo evolucionará, como lo ha hecho durante años. Cada vez se suman más artistas de otros géneros, hay cabida para todos, y cada vez se vuelve más grande el movimiento. Hay canciones muy bonitas dentro del género, por ejemplo, se puede ver a Luis Fonsi o Víctor Manuel cantando reguetón. ¿Para dónde va el género? Yo lo veo pa’ delante, no para atrás, ahora mismo hay mujeres en el movimiento.

Tuviste un accidente hace tiempo y casi pierdes la voz, ¿ha sido el momento más grave de tu trayectoria? Uno pasa por muchas emociones y momentos difíciles. Ahora soy una persona más fuerte y que se enfoca en lo que quiere. Esa situación, más que tomarla como algo malo, la entiendo como una de las más positivas. Hay que recordar, valorar y avanzar, siempre se aprende de los errores, no hay que hundirse en la tristeza, a pesar de que estuve a punto de perder la voz. ¿En qué momento de tu carrera te encuentras? En uno maravilloso. Después de esta caída intento madurar y aprender de todos los que me rodean. Hay un rumor en torno a una posible actuación tuya en la cinta Me quiere mucho, de Felipe Martínez, además de estar involucrado en una serie de Netflix… Sí, se vienen una película y una serie que va para Netflix, pero no puedo dar más detalles, esto es a corto plazo, espero que después vengan más. La actuación me dio mucho nervio porque no es lo que hago siempre, no es lo mismo que grabar un videoclip. Tuve que pasar bastante tiempo frente a la cámara para enfrentar ese nerviosismo, pero cuando trabajas junto a actores que son muy duros, te contagias y al final se disfruta.

¿Cómo te preparaste para actuar? La verdad no llegué muy preparado, sólo lo gocé y así salieron más cosas. Cuando les demostré el respeto a los actores involucrados, me empezaron a dar tips. Digamos que ahora ya estoy listo para la serie, o eso pienso yo, jajaja, porque no creo que sea el mismo ritmo de la película. Dices que escuchas música cristiana, ¿has pensado en sumergirte en el reguetón cristiano? No lo sé, jajaja, creo que al final del día terminaré haciendo eso, jajaja. ¿Te consideras una persona religiosa? No religiosa, pero me gusta encomendarle las situaciones a Dios; creo mucho en él, pero no en la religión.

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