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Estilo DF Osvaldo Benavides

por: Ivan Gonzalez

 

Con dos décadas de trayectoria y 38 años de edad, Osvaldo Benavides, con experiencia en cine, teatro y televisión, goza de un presente lleno de plenitud gracias al elemento que actualmente abunda en sus trabajos: la comedia. El melodrama ha caracterizado la carrera de Osvaldo, sin embargo, hace poco se aventuró a profundizar en la disciplina, donde busca generar carcajadas entre los espectadores, de lo cual ya había dado muestras en el pasado, pero nunca con el mismo enfoque de ahora. Muestra de ello es Todo mal, largometraje recientemente estrenado en el que interpreta a Fernando, el personaje principal, quien se ve envuelto en una serie de conflictos después de hurtar el penacho de Moctezuma, y El Rey del Valle, serie aún en filmación donde parodian a las narcoseries. Benavides no se define como una persona graciosa en el día a día, “mi naturaleza no es ir por la vida bromeando”, por lo cual este género no ha sido sencillo, pero para afrontarlo, constantemente se prepara con la idea de dotar de picardía e ingenio sus interpretaciones. En entrevista con EstiloDF, Osvaldo Benavides habla sobre los dos proyectos anteriormente citados, sus personajes y los retos que implicaron, así como también de su incursión en la comedia y su placer al meterse en la piel de otros personajes.

 

Recién se estrenó la cinta Todo mal, ¿qué te atrajo del proyecto?

Es una película de acción y de amistad; es la historia de tres primos que además son muy buenos “amigos”, se llevan “muy bien” y uno de ellos se va a “casar”; todas esas suposiciones ocultan mentiras, rencores, deudas personales (no económicas); la película trata de cómo les explotan en la cara todas esas falsedades. Se roban el penacho, y todas las persecuciones que hay, los balazos y los brincos generan una película sobre cómo los seres humanos vamos por la vida mintiéndonos, pero eventualmente eso nos alcanza.

 

¿Qué te produjo mayor placer en este filme?

Era encontrar la película juntos. La directora, Issa López, es una mujer a quien le gusta que colaboremos mucho, incluyó al elenco en el proceso creativo desde muy temprano, estuvimos seis meses ensayando en la preproducción, improvisando, cambiando el texto, moviendo el guión y entendiendo los personajes, un lujo que ya casi no existe. Al lograr esto, teníamos una película bien armada cuando llegamos al set, pero había pedazos que no sabíamos cómo iban a ser; el final no lo teníamos muy claro, ni siquiera sabíamos en qué locación sería; lo bueno es que el trabajo realizado nos daba la tranquilidad de que cualquiera que fuera, iba a ser sólido y nos divertiríamos en el proceso.

 

La comedia tiene una complejidad particular, háblanos sobre ella…

No reírme en el set, porque nos la pasábamos tan bien que incluso cuando hacíamos escenas donde los personajes sufren, lloran, viven cosas fuertes, están encabronados y odiándose, debíamos esperar al grito de corte para morir de risa y era difícil que no pasara antes; eso habla de que nos divertimos mucho cuando hicimos la película, y eso se refleja en la pantalla.

 

¿Cuál es el aporte de la película tanto para tu carrera como para tu persona?

En lo profesional, me parece que es la primera película donde se va a ver mi actuación en un tono de comedia que no se había visto antes; se va a abrir un espectro porque la gente no se espera eso de mí por el tipo de cosas que he hecho anteriormente, lo cual es positivo. Y en términos personales, me deja una experiencia muy grata, de esas que te cambian la vida.

 

¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Alfonso Dosal y Martín Altomaro?

Se generaron amistades muy profundas en el grupo de actores; tenemos un ritual alrededor de Moctezuma desde el día uno de ensayos, y en la fecha del estreno fuimos a hacer una mandita que teníamos con don Moctezuma. Hay una química entre nosotros y la directora muy particular, nos hemos vuelto hermanos. Y se desprenderán otros proyectos, eso pocas veces se da; estoy muy contento y agradecido por eso.

 

¿Qué te parece el título del largometraje?

Atinado, porque todos hemos tenido esas bofetadas donde la vida te dice “no carnal, aplícate porque estás mal”; después de esa lección y de que el mar de la vida te dé una revolcada, las cosas cambian y empiezan a mejorar. A las personas nos gusta hacer como que todo está perfecto, pero la vida te dice que no es cierto, te voltea la tortilla y te confronta con la verdad de las cosas, y es cuando todo se va a la basura, tienes que lidiar con las consecuencias.

 

¿Alguna vez has tenido una experiencia donde todo pinte para derrumbar la felicidad tanto en lo laboral como en lo personal?

He tenido momentos así cuando se me olvida el texto en una obra de teatro, son segundos de terror, pavor y horrendos, pero al final todo sale bien; en la vida, claro que ha habido momentos así, suelen venir cuando parece que todo está muy bien. Cuando uno ostenta “soy un winner, todo está increíble”, es porque algo no estás haciendo bien y estás a punto de caer en el Todo mal.

 

Otro de tus proyectos es la parodia El Rey del Valle, ¿qué representa para ti participar con esta propuesta en una época donde abundan las narcoseries?

Hay una sobredosis de narcoseries y éste es un buen momento para burlarnos de nosotros mismos por ver lo mismo una y otra vez; reírnos de este contenido, que no digo que esté bien o mal, simplemente es demasiado, y en lo personal me gustaría que hubiera más opciones, que sí las hay, pero de forma desbalanceada.

 

¿Cuál es el aporte social del proyecto producido por Claro Video?

El que exista una farsa que se ría de este género; habla de una necesidad por empezar a cambiar el contenido hacia otro lado; yo siempre estoy a favor del cambio y esto lo celebro. Me parece atinado el intento, ya veremos si a la gente le gusta o no, pero puedo decir que nos divertimos mucho en el set.

 

¿Te consideras seguidor de este tipo de contenidos?

No las veo, la neta. Háblanos de tu papel… Es un chavo fresa, pero fresa total, que habla como el Pirrurris, y por problemas económicos de su familia se le hace muy fácil volverse narco junto a un amigo; esto desencadena varios líos para el par de estúpidos que creen que ser narco es muy fácil porque han visto todas las series de ese tipo y tienen su “conocimiento” de cómo funciona. El Rey del Valle habla de encuentros desafortunados de estos tontazos que al final son personajes entrañables.

 

A pesar de ser comedia, toca un tema delicado, ¿cuál crees que sea el mensaje que pueda aportar al público más allá de reírse y pasar un buen rato en la sala de cine?

No estoy seguro de que el entretenimiento tenga que enseñar, hay alguno que sí, pero éste no es el caso. Más que enseñar, lo que dice es “ya estuvo con las narcoseries”; es para mostrar las carencias, los errores y su limitación.

 

¿De qué forma suma a tu experiencia profesional esta serie?

Estoy en Colombia, con actores y productores con los que nunca había trabajado; para mí es importante variarle, laborar con diferentes personas, y en términos de actuación es un juguetote porque es muy fársico, permite improvisar, aportar y cambiar sin avisarle a nadie. Lo veo como un músculo de comedia muy divertido de hacer y que te exige estar listo para recibir el estímulo, cambiarlo y rebotar la pelotita.

 

¿Cómo ha sido tu experiencia de grabar en Colombia?

Yo no conocía Bogotá, es una ciudad hermosa, con muchas similitudes con México y también con influencias culturales; somos países hermanos y me gusta el proyecto. La verdad es que trabajo demasiado como para disfrutar del país y la ciudad, pero la comida es deliciosa.

 

En ese sentido, ¿cuál es tu relación con la gastronomía de ese país?

El sancocho es de mis favoritos, no he probado todo aún, pero ésta es una sopa que hacen con res, yuca, pata, una cosa deliciosa; les gusta mucho la fritura, tienen la bandeja paisa, que es una charola con chorizo, moronga, morcilla y chicharrón, pero es pesado, no sé cómo se comen una de esas, pero lo hacen; para mí eso es demasiado, pero es muy rico.

 

La comedia es un género que ha jugado un papel importante en tu trayectoria, ¿cómo se desempeña en tu presente?

Antes había hecho mucho melodrama, y en el teatro hice una mezcla de comedia con drama, pero nada tan clavado. En los últimos años llevo tres películas y esta serie, que sí ha sido un ejercicio de comedia. En algún momento de mi carrera quería hacer más este género, y se me abrió esa puerta.

 

¿Cómo ha sido tu aprendizaje en el ámbito de la comedia?

Para hacer comedia hay que tomársela muy en serio, no es una cosa fácil de decir chistes y ya estuvo, realmente hay que estar concentrado y disponible para que la risa suceda. Estoy aprendiendo mucho a relajarme y a disfrutar mi trabajo, porque si no te la pasas bien o no te ríes, nadie más lo va a hacer. Hay gente que es muy chistosa en su vida cotidiana, pero mi naturaleza no es ir por la vida bromeando.

 

¿Qué otro género te gustaría explorar?

Todos, a mí lo que me gusta es la variedad, campechanearle, por eso hago cine, teatro y televisión, y con los géneros pasa lo mismo, quisiera seguir haciendo comedia, hacer más drama y eventualmente personajes acorde con mi edad, porque me siguen hablando para hacer cosas de chavos que tienen mínimo 10 años menos que yo; no tengo bronca porque sé que va a llegar, tampoco es que me apure o me preocupe.

 

Cómo espectador, ¿prefieres cine, teatro o televisión?

Siempre he preferido el cine, de niño veía muchas películas; este arte me provoca algo muy especial porque representa intimidad, oscuridad, y la manera en cómo se cuentan las historias es mágico para mí.

 

¿Consideras que tu afición al cine te influyó para ser actor?

Me dio el sueño de poder actuar; cuando era muy pequeño jugaba a hacer películas y repetir tomas; tenía una cámara y jugaba a dirigir mis proyectos, hice muchos antes de empezar a actuar; por supuesto que hay películas que me marcan y me siguen moviendo, inspirando a hacer lo que quiera.

 

¿Qué tan seguidor eres de la moda?

Me divierte y me entretiene, pero no soy para nada un experto; tengo mis gustos y sé si algo me funciona o no; básicamente lo que pido es estar cómodo. Para mí es más de instinto, no soy alguien que vaya por la vida viendo desfiles, pero por supuesto este trabajo implica de pronto disfrazarse para las premieres, eventos; ahí me dejo ir un poquito más y me gusta. Cuando salgo a la calle soy muy práctico con mi ropa.

 

 

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