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Marisol González, el toque sexy en los deportes

por: Soraya Villanueva

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«Presento todo lo que hay alrededor de un partido, como preguntas a los deportistas, algo más de lo que se ve en la cancha; mi misión es darle el toque sexy a un partido”

Su rostro ilumina la pantalla de televisión, y su trabajo es ideal para ella, desde su inicio lo ha visto así: le gusta viajar, conocer gente y ponerle color a un partido de futbol. No queda más que agradecerle por añadir un toque sexy al mundo de los deportes.

Marisol González creció en Torreón. Desde niña soñaba con ser modelo, pero ese anhelo tomaba algunas pausas los domingos, cuando acompañaba a su papá, hermanos y amigos al estadio para ver al Club Santos, el equipo local. Nunca imaginaría que esa práctica tan sencilla de apoyar a ese equipo, divertirse sanamente y sentir la pasión al cantar los goles, formaría su perfil para su carrera en televisión.

Marisol se dio a conocer en 2002 tras ganar el certamen Nuestra Belleza México; al año siguiente partió hacia Panamá como representante de nuestro país en Miss Universo. En muy poco tiempo su vida había cambiado: a los 19 años se mudó al DF y se encontró con un mundo distinto. Sacrificó cercanía con su familia y la comodidad de casa para crecer profesionalmente. Y una vez más su toque de sensualidad estará presente en el Mundial Brasil 2014.

¿Cuál fue tu primer contacto con el mundo del futbol antes de ingresar a Televisa Deportes?

En mi infancia. Era muy pequeña, no tenía más 10 años. Mi padre siempre me inculcó esa pasión por la cancha, antes de saber cuál sería mi futuro. Mi pasión por el futbol se la debo a él. Era fan de Santos, como cualquier mujer de Torreón, y apoyar a los laguneros era parte de mi diversión. Todo mundo lo hace allá, es una tradición.

Entonces eras como un hombrecillo…

Era un torbellino y muy traviesa. ¡Pobre de mi mamá! jajaja. Nada me daba miedo en aquel entonces. Recuerdo que en realidad era como un hombre. Era de lo peor, me caía, me golpeaba. Mi mamá cuenta que una vez me vio colgada de un balcón.

Ese hombrecillo creció, ¿en qué instante comienzas a explotar tu lado femenino?

En algún momento debías sobrevivir a las miradas masculinas… Pues traté de esconderme en playeras grandes. Tenía casi 14 años cuando las amigas de la secundaría que me rodeaban me sugerían vestirme más linda; me decían que era muy bonita, que debía ser como hermana mayor. Siempre usé ropa holgada; luego me convencí, empecé a ser más coqueta, me picaron en el ego, seguí sus consejos y me hice más femenina. La vanidad comenzó a crecer, y al mismo tiempo llegaron pretendientes y novios.

Has explotado tu vanidad, pero ¿sigues siendo traviesa o eres diferente?

Lo hiperactiva no se me quita, pero con el tiempo me hice más nerviosa.

¿Cuándo empiezas tu carrera como modelo?

Desde los 14 años, era algo a nivel local, para ropa. Poco a poco la gente de Coahuila comenzó a ver mis cualidades y me invitaba a modelar. Fue hasta los 19 cuando me arriesgué a concursar en Nuestra Belleza México, mis papás fueron los más emocionados.

¿El mundo del modelaje te hizo nerviosa?

Fue un cambio fuerte para mí. Pasé de estar en una ciudad pequeña a tener una agenda llena de eventos en una cuidad enorme; eso me puso nerviosa, pero al final fue aprendizaje, con el paso del tiempo agarras lo positivo de cualquier cosa. Mi error fue haber llegado cansada al concurso, cuando debió ser al revés. Después lo comprendí, pero ya no había vuelta atrás; fue una etapa dura, aún era muy joven.

¿De qué manera te afectó este cambio de vida?

Me volví insegura, pero ya después entiendes que el físico, aunque siempre ayuda, es lo de menos. En esta carrera debes tener un plus, ser disciplinada, puntual y profesional, eso te hace más grande.

Pasaste una etapa difícil y te enfrentaste a un mundo desconocido, ¿por qué decidiste entonces participar en el certamen?

Yo estudiaba Comunicación y siempre me gustó el modelaje. En aquel tiempo había planes de trabajar en una agencia en Nueva York, iba a mudarme, pero fue justo cuando derribaron las Torres Gemelas. Entonces probé aquí y no me gustó, es una cosa completamente distinta a la que imaginaba. Está padre, pero al final me gustó más lo que hago ahora.

Dentro de ese mundo distinto al que imaginabas, ¿hay amigas?

Todas somos iguales, con sueños y con la misma esperanza de ganar; sí tuve amigas.

¿Recomendarías a las mujeres que participen en concursos de belleza?

Claro, porque te hace crecer mucho y aprendes. Siempre me gustó mucho, pero te das cuenta que hay cosas atrás. El modelaje puede ser por añadidura; sí está padre, pero es superficial. El concurso me abrió puertas, empecé a trabajar, a ganar mi propio dinero, comencé en la conducción, estudié actuación, sin ello no sería lo que hoy soy.

En poco tiempo te vuelves parte de Televisa Deportes, ¿se lo debes a tu talento o a tu físico?

El físico abre puertas, pero debes tener otras cualidades para que pueda salir el trabajo, una viene con la otra. Cuando entré a Televisa mi pasión por el deporte ayudó, sin embargo, no era experta, he aprendido durante estos años.

Descubriste tus talentos… ¿cuáles son tus defectos?

Soy muy aprehensiva y estresada, siempre me precipito, me tomo las cosas muy en serio, pero le busco lo positivo a todo.

¿Cómo llegaste a Televisa Deportes?

Entré a estudiar actuación en el CEA y recuerdo que hubo un casting para ir a los Juegos Olímpicos de 2008, en Beijing. En la entrevista, Javier Alarcón quiso saber si me gustaba el futbol, y respondí que sí. Después de varias preguntas me explicó todo lo que iba a hacer, sonaba como el trabajo ideal. Nunca imaginé viajar tanto, fue un giro total. Desde que estoy en Deportes no he parado de viajar.

¿Realmente te gustaba el futbol o mentiste para conseguir el trabajo?

Fui muy sincera. No soy la experta, pero soy muy apasionada. Crecí yéndole a Santos de Torreón, todo se alineó. No me toca cubrir otros deportes, cubro a la Selección, y el equipo con el que trabajo es como una familia, aprendes con ellos y creces. Presento todo lo que hay alrededor de un partido, como preguntas a los deportistas, algo más de lo que se ve en la cancha; mi misión es darle el toque sexy a un partido.

¿Qué fue lo más difícil de entrar al mundo de los deportes?

Lo difícil fue saber cómo hacer un reportaje y esos detalles. Me costó mucho trabajo, pero con la ayuda de los compañeros he aprendido. Hay varios sacrificios: no duermes bien, los llamados son muy temprano, te mueves de un lado a otro, y las mujeres somos muy complicadas. Trabajo sólo con hombres y a veces no entienden que necesito más tiempo para arreglarme.

¿Y cuál es la parte que más disfrutas?

Me fascina todo, viajar y conocer. Estar de aquí hacia allá y aprender, es lo que más me gusta. Me encanta estar rodeada de comentaristas, reporteros y deportistas.

¿Dedicar tiempo a tu arreglo personal te ha metido en líos, te ha vuelto impuntual?

Igual que todas, pero he tratado de ser más práctica, en un mundo de tantos hombres aprendes a serlo, ahora soy más puntual… siempre lo fui, pero no tan exageradamente como ellos. Recuerdo que en una ocasión llegué 15 minutos después y todos me vieron con mala cara; a partir de ahí nunca volví a llegar tarde.

¿Te emociona ir al Mundial?

Sí, mucho, pero no es tan fácil como la gente piensa. Tienes que ir con la mentalidad de que vas a dormir poco, que vas a comer a cualquier hora y cualquier cosa. De esa manera lo tienes que disfrutar, al final todo eso te deja más cosas buenas; llegas a estresarte mucho, no vas de placer, sino a trabajar.

 

Cuestión de Estilo

Nombre completo: Marisol González Casas.

Fecha de nacimiento: 12 de marzo de 1983.

Lugar de nacimiento: Torreón, Coahuila.

Profesión: Es periodista y modelo. Actualmente trabaja en Televisa como reportera de deportes, y es apodada como “La chica Televisa Deportes”.

Dato: En 2002 ganó el certamen Nuestra Belleza México.

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